miércoles, 21 de agosto de 2013

Georges Méliès






 Georges Méliès (1861-1938) fue un ilusionista y uno de los pioneros del cine a comienzos del siglo XX.

Durante su juventud, pasó algunos años en Inglaterra. Allí, entró en contacto con el mundo del ilusionismo, frecuentando el Egyptian Hall, una sala de variedades dirigida por el célebre Maskelyne.

Al regresar a París, quiso entrar en la escuela de Bellas Artes, ya que sentía una gran pasión por el dibujo. Sin embargo, su padre le obligó a participar en el negocio familiar del calzado, donde desarrollaría las habilidades mecánicas que luego le serían muy útiles.

Cuando su padre se retiró del negocio, Méliès se negó a continuar con la empresa familiar y compró el teatro Robert Houdin, del que era asiduo, en 1888. En él, desarrolló su labor como director de teatro y, demás, creó los decorados, trucos y maquinarias que necesitaban sus espectáculos de ilusionismo.



El 28 de diciembbre de 1895 fue invitado por los hermanos Lumière a ver la primera representación del cinematógrafo. Maravillado por el ingenio, quiso comprarles una máquina a los Lumière y, ante la negativa de estos, decidió construir la suya propia.

Unos meses más tarde, en abril de 1896, proyectó sus primeras películas en su teatro. Se trataba de documentales similares a los de los hermanos Lumière, con pequeñas escenas al aire libre. Pero su estilo evolucionó rápidamente, creando parecidos a sus espectáculos de ilusionismo.

George Méliès fue, sin lugar a dudas, el gran pionero del cine. Fue el primero en utilizar el truco de la sustitución de elementos mediante el parado de la cámara, en usar la exposición múltiple de negativo o doble sobreimpresión y en utilizar los fundidos en negro y desde negro. Invirtió una gran cantidad de su capital en la creación del que se considera el primer estudio cinematográfico. En él, usó múltiples mecanismos de puesta en escena, como la utilización de elementos mecánicos para ocultar zonas de sol o el uso de trampillas.

En 1902 creó su obra maestra: Viaje a la luna. Ésta, creada con un presupuesto desorbitado para la época, es la primera película de ciencia ficción de la historia. Méliès la intentó distribuir comercialmente en Estados Unidos, pero técnicos al servicio de Thomas Edison hicieron copias y la distribuyeron por toda Norteamérica. A pesar de que el film logró un gran éxito, Méliès nunca recibió dinero por su explotación.

Durante su carrera cinematográfica, creó unas quinientas películas. Pero la paulatina transformación de la industria, monopolizada en Estados Unidos por Edison y en Francia por Pathé, junto con la proximidad de la Primera Guerra Mundial, hicieron que su negocio declinase y, en 1913, Méliès se retiró del mundo del cine.

Aunque, hacia 1925 su obra fué descubierta por la vanguardia cinematográfica francesa, y en especial por la corriente surrealista, recibiendo la Legión de Honor en 1931 por toda su trayectoria, Méliès no volvió a dedicarse al cine.


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